Las Hadas del zodiaco
El mundo feérico o sea el de las hadas
es un submundo fantástico pero a su vez real.
Existen miles de variedades de hadas.
Hay hadas del bosque, de los lagos,
de los ríos, de las flores,
de las cascadas y del cosmos.
Dentro de éstas últimas se encuentran
las hadas zodiacales.
Son energía pura proveniente
de los planetas que las originan
y traen a la Tierra
los dones del lugar de donde provienen.
Cuando nacemos,
se conjugan los poderes
de dos hadas zodiacales:
la Solar puesto que el Sol está
en nuestro propio signo y la Regente,
proveniente de nuestro planeta padrino,
que generará nuestra
Hada Madrina Zodiacal.
Este binomio feérico
formado por el Hada Solar
y el Hada Regente
otorga dones especiales
a todos los nacidos bajo un mismo
signo zodiacal.
En algunos signos,
en vez de binomios se producen
trinomios ya que acuden
dos Regentes a apadrinar el signo
y en uno, Leo existe solo
una unidad feérica: el Sol.
Junto con los dones que abarcan
a todos los nativos de un signo
llegarán también algunas características
de temperamento que habrá
que saber manejar para
que no se conviertan en defectos
pues pueden utilizarse tanto
para el bien como para el mal.
El mundo feérico o sea el de las hadas
es un submundo fantástico pero a su vez real.
Existen miles de variedades de hadas.
Hay hadas del bosque, de los lagos,
de los ríos, de las flores,
de las cascadas y del cosmos.
Dentro de éstas últimas se encuentran
las hadas zodiacales.
Son energía pura proveniente
de los planetas que las originan
y traen a la Tierra
los dones del lugar de donde provienen.
Cuando nacemos,
se conjugan los poderes
de dos hadas zodiacales:
la Solar puesto que el Sol está
en nuestro propio signo y la Regente,
proveniente de nuestro planeta padrino,
que generará nuestra
Hada Madrina Zodiacal.
Este binomio feérico
formado por el Hada Solar
y el Hada Regente
otorga dones especiales
a todos los nacidos bajo un mismo
signo zodiacal.
En algunos signos,
en vez de binomios se producen
trinomios ya que acuden
dos Regentes a apadrinar el signo
y en uno, Leo existe solo
una unidad feérica: el Sol.
Junto con los dones que abarcan
a todos los nativos de un signo
llegarán también algunas características
de temperamento que habrá
que saber manejar para
que no se conviertan en defectos
pues pueden utilizarse tanto
para el bien como para el mal.
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